2 de octubre de 2024

Radio Clásica

Argentina

¿Es un símbolo de Buenos Aires?

El invierno porteño tiene sus hitos: La Exposición Rural, el chocolate con curros en bares notables, el full-full de las vacaciones de invierno y la temporada teatral, los subtes convertidos en refugios térmicos y los partidos de fútbol comenzando tempranito. Y Cuando Astor Piazzolla lo incluyó en su Cuatro estaciones Porteñas nutrió a su «Invierno…» con una sensación sonora de nostalgia más filosa que la de cualquier tango tradicional.

Veamos cuánto hay de real y cuánto de sensacional cuando Buenos Aires recibe el frío.

El tipo de Clima de la Ciudad de Buenos Aires, su variedad de estilos arquitectónicos y urbanos, el diseño de sus espacios verdes y la cantidad de hojarasca expandida por sus calles, conforman un paisaje absolutamente poético, que inspira a artistas plásticos y visuales desde hace más de 400 años.

Se considera que la ciudad de Buenos Aires tiene un clima templado y que nuestros inviernos son, generalmente, «suaves» y húmedos.

Históricamente traemos temperaturas mínimas promedio entre los 5°C y 9°C. Todavía nos encontramos con alguna que otra helada en las temporadas pero es raro que las temperaturas desciendan por debajo de los 0°C. Las máximas promedio durante el día, siempre históricamente hablando, solían estar entre los 13°C y 18°C y durante algunos días más soleados, las temperaturas podían subir un poco más.

¿Por qué hablamos tanto de estadísticas que refieren al pasado? Por los efectos del calentamiento global entre 1999 y 2018. Desde el invierno de 2019, por suerte, volvimos a tener inviernos más o menos «normales».

A contrapelo del resto del año, el invierno en Buenos Aires es una de las estaciones más secas del año, pero aún puede haber precipitaciones. Si bien junio y julio suelen ser los meses con menor cantidad de lluvias, casi siempre hay dos días seguidos de julio que se presentan de la peor manera: Con frío, lluvia y viento. Incluso agosto, que podía ser un poco más lluvioso, parece estar cambiando. De todos modos hay alñgo que no cambia: las lluvias no son tan frecuentes como en la primavera y el verano. Sí pueden abuendar las lloviznas y lluvias ligeras.

Pero no por ser la estación más seca se pierde la condición de Buenos Aires como ciudad húmeda per se. Y esta característica se mantiene durante el invierno. Cuando la humedad relativa es alta, sube la sensación térmica Y ni qué hablar si se suma algún vientito. No obstante, los vientos pueden ser moderados, generalmente provenientes del sur y el sudoeste. Y ya sabemos: si proviene del Sudeste, corremos riesgos de inundarnos

El último toquecito de nieve en la ciudad lo tuvimos el 9 de julio de 2007,

En invierno, Buenos Aires y todo el AMBA registran noches y madrugadas frías, mientras que a mediodía y primeras horas de la tarde, las temperaturas pueden ser llevaderas, con un sol muy buscado cuando no hay nubosidad.

Astor escribió sus Cuatro Estaciones Porteñas y fue una maravilla. Benito Quinquela Martín deja una fuerte idea de que en sus barcazas de cercanas al Puente Avellaneda, esos trabajadores retratados en pleno Riachuelo, lo hacían en invierno. Pero para símbolo e imagen emblemática de la capital argentina, la competencia la ganan la primavera y el otoño.