El boca a boca es la mejor estrategia de publicidad que existe. El éxito está garantizado cuando un local consigue que sus clientes salgan tan felices que lo recomiendan. He aquí tres de los mejores secretos de Madrid te Enreda.
Entre la infinidad de nuevas experiencias que abren en Madrid cada semana, a veces es mejor tirar por lo seguro. Nunca se falla al recomendarle a una pareja que está de visita por Madrid ir a cenar a La Primera y que pruebe su icónica tarta de queso; o aconsejar a un grupo de amigas que vayan a comer a Sushita y se pidan su maravillosa torre de gambón; o ir a desayunar a Papagena con unas vistas al Palacio Real que hacen de cualquier salida una experiencia top en la capital.
Una tarta de queso llena de placer
La Primera (Gran Vía,1) es un restaurante situado en el icónico edificio Grassy, y aunque para muchos puede pasar desapercibido entre toda la oferta gastronómica de la zona, es un infaltable en cualquier visita a la ciudad. El lugar es ideal para ir a desayunar su maravilloso pincho de tortilla de bonito, para comer después de un paseo por el parque del Retiro o para una cita romántica.
“La acogida siempre ha sido muy buena desde el comienzo. Tenemos la suerte de ser visitados por locales que les gusta mucho nuestra comida y por turistas en su paso por la Gran Vía”, aseguran sus responsables. El local rinde un homenaje en su carta a Santander. “Hemos intentado mantener todas nuestras raíces y costumbres, y en la carta no faltan entrantes clásicos como las rabas de Santander o las anchoas de Santoña”, afirman.
En La Primera todo está rico. Desde sus croquetas y su famosa tortilla hasta sus arroces y merluza. Eso sí, lo que no puede faltar nunca es su tarta de queso. Aconsejamos pedirla al comienzo de la comida, no vaya a ser que se acabe.
Una torre de gambones digna de premio
Sushita (Calle de Miguel Ángel, 11) tiene varios locales por todo Madrid. La idea nace en 1999: fue la primera empresa española en comercializar bandejas de sushi. Más de dos décadas después, Sushita es un lugar que nunca pasa de moda en Madrid para tener una muy buena experiencia comiendo entre amigas o con la familia ahora en Navidad. “Es bueno, bonito y barato. Siempre salimos muy felices”, asegura una de las comensales de este jueves en su local de la puerta de Alcalá.
El invento nació en las mentes de Sandra Segimón, Natacha Apolinario y José Manuel Segimón, que en sus viajes a Londres, Nueva York y Japón veían que el sushi triunfaba en estas ciudades por ser un producto muy adecuado para comer en las oficinas, saludable y divertido, cuentan. En ese momento, el sushi era muy desconocido en España y costaba mucho que los usuarios lo probaran. “Hoy en día es uno de los productos internacionales con mejor acogida por un amplio espectro de edades y que presenta mayores cifras de crecimiento”, aseguran desde el local.
En Sushita es obligatorio pedir los top ventas: la torre de gambón, el nigiri de salmón braseado con teriyaki y el maki roll tartar de atún picante. Si no se es muy fan del sushi hay otros platos como la gilda de atún, el bao de wagyu o el tartar crujiente de hamachi, que son una buena opción. Todos los postres del lugar son de muy buena calidad, pero sobre todo muy instagrameables.
Un ‘brunch’ con vistas al Palacio Real
Papagena (Calle de Carlos III, s/n) es un plan que nunca falla. Sobre todo si se trata de un domingo de brunch (de 12.00 a 16.30) y después un paseo por el madrileño barrio de Ópera. Este local, además de contar con la propuesta del reconocido chef Ramón Freixa, cuenta con las mejores vistas del Palacio Real desde la séptima planta del Teatro Real.
El brunch hará sentir a sus clientes como en una película de la realeza. Entre la ópera que suena de fondo, las elegantes mesas y los bocados con sabores españoles, el local incluye una exquisita selección de platos, desde las clásicas porras con jamón o el delicioso mille crepe de salmón. Para los amantes de lo salado, la quiche caprese y el roll club hojaldrado de roast beef no decepcionarán, mientras que los más golosos podrán disfrutar con el financier de café o el irresistible pain au chocolat, todo presentado en torres color dorado. La carta se completa con platos como las tortitas con bacon y sirope de arce, los huevos benedictinos con salmón o el bagel cristalino de aguacate, burrata y mango. El precio del brunch es de 66 euros.
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