La aclamada ópera Rusalka de Dvořák regresa al Gran Teatre del Liceu con un reparto de primer nivel, encabezado por Asmik Grigorian y Piotr Beczała, bajo la dirección musical de Josep Pons. La producción, a cargo de Christof Loy, se aleja del cuento de hadas para ofrecer una mirada simbólica y contemporánea sobre la marginación, el deseo imposible y la incomunicación.

Imagen del ensayo antepiano de Rusalka
Foto: Antoni Bofill
Del 22 de junio al 7 de julio, el Gran Teatre del Liceu acoge Rusalka, la obra maestra de Dvořák, en una ambiciosa producción dirigida escénicamente por Christof Loy. Esta coproducción con el Teatro Real, el Palau de les Arts y la Staatsoper de Dresde se presenta con un elenco estelar: la soprano Asmik Grigorian en el papel principal, junto al tenor Piotr Beczała. Josep Pons dirige la Orquesta Sinfónica del Liceu en su última producción de la temporada.
La visión escénica de Loy transforma el cuento fantástico en una parábola sobre la alienación. Ambientada en un lago simbólico que representa el espacio entre el arte y la vida, la escenografía refleja la tensión entre deseo y realidad. Rusalka se muestra como una figura herida, con movilidad reducida, es incapaz de hablar o caminar, lo que enfatiza su desconexión con el mundo que anhela habitar.
La producción ofrece un único espacio escénico que funde los planos mágico y terrenal, donde conviven criaturas del pasado —actores, malabaristas y artistas en decadencia— con los personajes humanos. Este enfoque resalta la imposibilidad de comunicación entre fantasía y realidad, amor idealizado y experiencia concreta.
Asmik Grigorian se consolida como una de las intérpretes más destacadas del rol de Rusalka. A su lado, Piotr Beczała interpreta al príncipe en seis de las funciones. El bajo griego Alexandros Stavrakakis encarna al espíritu del agua, Vodník; la mezzosoprano Okka von der Damerau da vida a la bruja Jezibaba; y la soprano Karita Mattila interpreta a la princesa extranjera.
Completa el reparto un grupo de voces emergentes y locales como Manel Esteve, David Oller y Laura Orueta. Las ninfas del bosque estarán interpretadas por Laura Fleur, Alyona Abramova y Julietta Aleksanyan.
Con esta producción, el Liceu cierra su temporada con una obra que, más allá del mito, interpela profundamente al espectador. Rusalka no es solo una ópera sobre el amor imposible, sino un retrato conmovedor del anhelo de pertenencia y de las heridas que deja la incomunicación.
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