20 de enero de 2025

Radio Clásica

Argentina

Integrar el Tango a la Educación

El tango como vehículo cultural es considerado siempre un puente hacia la historia. Hoy es su día. Y es parte de una identidad, la nuestra, muy reconocida en el mundo.

¿Puede el tango ser la llave para elevar el nivel cultural de las generaciones futuras de la Argentina?

Tomando en cuenta que llevamos unos 30 años de constante renovación de músicos dedicados al gran género musical de Buenos Aires más toda una ola de nuevos bailarines, bien podemos entender que incorporar su estudio como materia alternativa le daría a la educación del país un arma importante.

El tango, como expresión cultural profundamente arraigada en la historia y el espíritu argentino, tiene el potencial de desempeñar un papel mayor en la formación cultural de las generaciones futuras. Es mucho más que un género musical. Demostró ser manifestación artística que engloba danza, poesía, identidad y memoria colectiva. Requiere ser promovido con visión y responsabilidad. Podría convertirse en una herramienta que fortalezca el sentido de pertenencia porque compitiendo con las paupérrimas expresiones artísticas del momento, arrasa. El efecto de elevar el nivel cultural y generar espacios de diálogo intergeneracional se conseguiría sin obstáculos.

El tango cuenta la historia del país en su lenguaje más íntimo. Habla de las migraciones, los barrios, las penas y alegrías de la clase trabajadora, y de una Buenos Aires que se expandió junto a su música. Su letra es poesía urbana, con un uso del lunfardo y de metáforas que invitan a conocer nuestra lengua con mayor profundidad.

Promover el tango en las escuelas y espacios culturales no se trata solo de enseñar a bailar o a tocar el bandoneón, sino también de inculcar valores como la disciplina, el respeto y la creatividad. El aprendizaje de esta expresión requiere escucha activa, comprensión del tiempo y del otro, elementos fundamentales para el desarrollo personal y social.

El tango es un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad declarado por la UNESCO. Muchos países lo valoran, lo estudian y lo disfrutan. Entonces, ¿por qué no otorgarle en la Argentina la centralidad que merece en los planes culturales y educativos? Podría actuar como un faro cultural para las generaciones futuras, incentivando la valoración de lo propio y proyectándolo hacia el mundo.

¿Qué falta para que el tango sea «la llave»?

  • Una mayor inserción en políticas culturales y educativas. El tango debería ser una materia transversal en el aprendizaje artístico y literario de las escuelas argentinas.
  • Programas de acceso gratuito a clases de música, baile y poesía tanguera para jóvenes en barrios populares.
  • Mayor espacio en medios de comunicación y plataformas digitales, donde los jóvenes suelen consumir cultura.
  • Si el tango se presenta como algo vivo, no como una reliquia, podría transformarse en un movimiento cultural capaz de educar, emocionar y elevar el espíritu de las nuevas generaciones. Dejar de considerarlo solo como «nostalgia» y proyectarlo como una fuente de creación y orgullo nacional es la clave. Al fin y al cabo, como decía Discépolo, «el tango es un pensamiento triste que se baila», pero también puede ser un camino alegre para un futuro más culto y unido.

No sería la primera vez que se comprueba la capacidad del tango para conectar a jóvenes con adultos mayores a través de sus historias, sus composiciones y su baile.

Una historia extraordinaria es la narrada por Juan Carlos Baglietto, quien confiesa haberle dicho -allá por los años ’80- al mismísimo Osvaldo Pugliese que él (Baglietto) nunca había logrado ‘conectar’ con el tango. La respuesta del creador de «La Yumba» fue: «Te espero a los 40». Hoy, el rosarino lleva más de 30 años incorporando bellísimos tangos a su repertorio.

Las orquestas contemporáneas, como las nuevas versiones del tango fusión o electrónico, pueden tender puentes para que las generaciones más jóvenes se sientan atraídas por este legado y, desde allí, descubrir sus raíces más tradicionales.

 

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