28 de noviembre de 2024

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Argentina

Gregorio Marañón recibe la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica

La Real Orden de Isabel la Católica la creó Fernando VII en 1815, la reorganizó su hija Isabel II en 1847 y le dio un reglamento Juan Carlos I en 1998, en el que se detalla que se concede para “premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por españoles y extranjeros, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional”. Desde este jueves, Gregorio Marañón y Beltrán de Lis (Madrid, 80 años), presidente del Teatro Real, la luce en su chaqueta por méritos propios.

El madrileño palacio de Viana, residencia oficial y de representación de los ministros de Asuntos Exteriores, fue el lugar elegido por el actual titular de la cartera, José Manuel Albares, para la imposición. El ministro, que por su cargo es también gran canciller de la Orden ―el gran maestre es el rey Felipe VI―, destacó del intelectual haber estado “siempre al servicio de España, en una triple faceta: empresarial, cultural y académica, sirviendo al interés general desde la sociedad civil”.

“Has colocado al Teatro Real en el lugar que se merecía y eres el adalid de la internacionalización de nuestras artes escénicas y de nuestra música”, incidió Albares al recordar los méritos de Marañón. “En tiempos complejos marcados por la invasión rusa, la importancia de la acción cultural en el exterior cobra una relevancia fundamental. La cultura es el medio para ganar la paz”, señaló.

Marañón, que se definió como “progresista a fuer que liberal”, aseguró que no cerraba con la distinción ―una de las más importantes que concede España― “ninguna etapa”, sino que redoblaba “la ilusión y el compromiso de un hermoso viaje” que, citando al poeta Cavafis, deseó que dure “aún muchos años”.

Marañón, en el acto de entrega; a la derecha, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Al acto asistieron, entre otros, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; el Nobel Mario Vargas Llosa; el expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari; la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, María José Gualda; la consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz; la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, y el vicepresidente de PRISA, Rosauro Varo.

Marañón ―jurista, empresario y académico― se incorporó al Patronato y a la Comisión Ejecutiva del Teatro Real en 1995 al crearse su Fundación. Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Academia Europea de las Ciencias, Artes y Letras, es también académico honorario de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Además, es presidente de la Fundación Ortega-Marañón, patrono de la Biblioteca Nacional, del Real Alcázar de Sevilla, del Museo del Ejército y patrono honorario de la Fundación Norman Foster.

Está en posesión de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y de la Medalla de Oro a las Bellas Artes. Es comendador de la Legión de Honor francesa y comendador de la Orden de la Stella de la República italiana. Doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha, obtuvo el Premio Mariano de Cavia de periodismo. A pesar de todas estas distinciones, el jueves se mostró emocionado cuando el ministro le impuso la Orden. “Por esta gratitud. Me conmueve”, dijo modestamente.

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