De tan lejos y tan cerca
El FIT MERCOSUR 2019 se despidió al ritmo de tambores y acrobacias de Corea del Sur. A sala llena, el Teatro Real fue escenario de un cierre musical y festivo a cargo de la compañía TAGO con la obra Korean Drum II. Desde tambores gigantes hasta pequeños instrumentos de percusión, nos develaron una tradición y una cultura tan lejana; que en Córdoba, una vez más desdibujó límites. Ese es el espíritu del FIT MERCOSUR.
Todo comenzó hace nueve días con una Jornada Inaugural a puro teatro cordobés. La Noche de los Teatros en su quinta edición, abrió por primera vez el FIT MERCOSUR, con más de 50 funciones en un solo día. A partir de allí, más de 500 artistas, más de 100 actividades y cerca de 40.000 espectadores, acentuaron el cruce de fronteras, lenguajes y estéticas que todo el tiempo sorprendieron, emocionaron y generaron espacios de debate y reflexión. Con la misma intensidad, el interior provincial se hizo eco de esta fiesta del teatro con más de 20 funciones.
Un Festival que fundió en un solo escenario obras de 9 países: Italia, España, Brasil, Corea de Sur, México, Venezuela, Bolivia, Chile y República Dominicana, que se cruzaron con propuestas de nuestro país: Buenos Aires, CABA, Santa Fe, San Juan, Entre Ríos, Chaco y Córdoba. Una vez más, la Agencia Córdoba Cultura a través del Teatro Real convirtió a Córdoba en escenario del mundo.
Córdoba dejó huella
Todo comenzó con La Noche de los Teatros. Salas independientes de Córdoba capital e interior abrieron sus puertas al mundo. Cincuenta funciones formaron parte de esta Jornada Inaugural a la que se sumó la Comedia Cordobesa con Trílogo Filloy, en un homenaje poético musical a la palabra de Juan Filloy.
Una vez más, el teatro de Córdoba se visibilizó potente e innovador con las propuestas surgidas de la Convocatoria al Teatro Independiente de nuestra provincia: Las de naides, estampa gaucha con dirección David Picotto, La familia Finisterre con dirección Elisa Gagliano, Vals (Sabemos a qué atenernos) con dirección Cristina Gómez Comini, Villa con dirección Victoria Monti, Lago, un tiempo después con dirección Ezequiel Rodríguez y La narradora impura con dirección de Paula Neri.
En el año de su 60° Aniversario, la Comedia Cordobesa se presentó con 4 obras de su repertorio. Desde El Avaro de Moliere a Trílogo Filloy, un homenaje a nuestro gran autor cordobés llevado por primera vez al teatro. Desde un Homenaje a Lorca con Verde que te quiero Verde a otros autores Iberoamericanos con 6 Apartes, representada en el Servicio Penitenciario de Bower. A ellas se sumó Rancho con dirección de Julio Chávez, una coproducción de la Agencia Córdoba Cultura y MGP Producciones.
En este marco, también confluyeron distintos referentes y hacedores de los últimos 50 años del Teatro de Córdoba, en tres Jornadas; puntapié inicial para seguir compartiendo múltiples cruces con un mismo propósito: la huella del teatro de Córdoba. Por sus 50 años, el Festival también reconoció a la gesta histórica y popular del Cordobazo, donde artistas de ese entonces subieron a escena. Por otro lado, la periodista y crítica teatral Beatriz Molinari fue reconocida por su apoyo incondicional y comprometido al teatro de Córdoba y los festivales internacionales; acompañada por periodistas de todo el país, que históricamente han participado de este festival.
Vuelo sin escalas
El sueño de volar sintetizó las dos propuestas que llegaron de Italia. Literalmente, El Código de Vuelo de la Compagnia Sole tras la odisea de Leonardo Da Vinci y ¡Yo trato de volar! de la compañía Doménico Modugno, tras el sueño de cobrar vuelo como artista. Brasil cautivó a jóvenes en el escenario del majestuoso Libertador con TEIA de la Compañía Giro8. Paco Zarzoso de España, Fredy Ginebra de República Dominicana, Susana Rivero de Chile, la versión libre de Antígona de Griselda Gambaro de Venezuela, junto a México y Bolivia, le pusieron vuelo propio a los distintos escenarios.
El mismo mar
Entre las visitas destacadas de la escena nacional se destacaron: Mauricio Dayub con El Equilibrista, que atravesó el mar para reconstruir su historia familiar y reconciliarse con su infancia. Por su parte, Luis Machín con El mar de noche nos sumerge en las profundidades del desamor y la soledad y Arturo Bonín y Nelson Rueda con Un instante sin Dios, nos ahogó en una realidad que asoma con contundencia en nuestros días: la pedofilia en la iglesia.
De tan lejos y todos tan cerca, Córdoba reafirma una historia sostenida y transformadora a lo largo de tres décadas de Festivales, donde nuestra provincia fue pionera en todo el país.
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