El Teatro Real ha presentado este lunes una intervención del artista Jaume Plensa en su sala principal que podrán disfrutar todos los espectadores que acudan a sus funciones en los momentos previos a cada representación. La obra es un rodaje en alta resolución del cielo de Madrid desde la azotea del coliseo, realizada en los días centrales del mes de junio, que recoge el movimiento de las nubes en un devenir continuo y real y que será proyectada en la cúpula de la sala principal del teatro, gracias a cuatro sofisticados proyectores, desde el momento en el que el público empieza a acceder a la sala hasta el comienzo de la representación, con una duración aproximada de veinte minutos.
La intervención, titulada Cielo, será inaugurada este martes por los Reyes antes de que dé comienzo la primera función de la ópera Medea, de Luigi Cherubini, con la que arranca la nueva temporada 2023-2024. A partir de ese momento se podrá contemplar y disfrutar en todas las representaciones de la programación del Real. “Si algo tiene único y excepcional Madrid es su cielo y había que abrir este teatro a ese cielo, porque a veces los teatros son herméticos a su sociedad”, ha explicado Plensa en la presentación.
El artista define su obra como un viaje onírico al firmamento madrileño, en sereno y continuo movimiento, en un ejercicio de abstracción, reposo y serenidad que permita la transición de los devenires cotidianos a la experiencia íntima del arte que comienza cuando se alza el telón. Con esta intervención, según ha explicado Plensa, quiere “recuperar la gran tradición pictórica del clasicismo que, habitualmente, representaba en el tondo de las cúpulas, imágenes de nubes habitadas por seres míticos que sobrevolaban en cielos imaginados” y ofrecer una hermosa metáfora de la transformación permanente de la acción teatral y musical, de la experiencia artística y de la sociedad misma.
La forma tan especial del techo del Teatro Real, según el artista, unida a su baja altura en algunas zonas, le predispuso a evitar cualquier volumen que pudiera cegar el campo visual del espectador desde cualquier punto del teatro, respetando sus elementos arquitectónicos y minimizando cualquier intervención física en la sala. “Me gusta porque es como un susurro”, ha opinado Plensa sobre su obra, que ha concebido como una forma de “pintar con luz”.
Según el presidente del patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón, la idea viene del año 2007, cuando el coliseo se plantó la posibilidad de reunir una colección de arte contemporáneo. “No se hizo porque empezó la crisis de 2008 y habría sido un desastre”, ha comentado. El proyecto ha contado con el apoyo del mecenas y empresario Juan Antonio Pérez Simón y la Fundación Amigos del Teatro Real.
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